Te besé en mayo, pero olía a septiembre.
Como si llegara un nuevo curso con libros y cuadernos a estrenar.
Era primavera, pero tiritaba como en diciembre.
Sería la mecánica de mi corazón descacharrado haciendo eco dentro de mí.
La puesta a punto con engranajes rotos.
Fue en el norte, pero todo se puso al revés.
Hasta la brújula lo perdió (el norte).
Y yo, el miedo.
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